El ministro no tiene vergüenza

El ministro no tiene vergüenza

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“Los que tenemos magia, no necesitamos truco.”

REFLEXIÓN

“¡Oh Corte, que alargas las esperanzas de los atrevidos pretendientes, y acortas las de los virtuosos encogidos, sustentas abundantemente a los truhanes desvergonzados y matas de hambre a los discretos vergonzosos!”

MIGUEL DE CERVANTES

El ministro no tiene vergüenza. Y coronando los absurdos que se dan en México, tampoco ningún respeto por la ley.

Zaldívar rubrica con su renuncia que desde hace tiempo estuvo al servicio de la 4t. ¿Por muchos años presidente de un Poder Judicial autónomo? ¡Qué va!

Lo que hace ahora es ya lo de menos. La desvergüenza es haber sido, desde la SCJN, un agente de y el haber mandado autonomía, contrapesos y Constitución al carajo.

Sí, Arturo Zaldívar renunció a ser ministro de la Suprema Corte de Justicia. Mas, para alguien que conoce de derecho —o se ufana de ello—, su renuncia es inconstitucional.

Y con esa ‘marginal’ honestidad se va ahora disque a servir a Claudia Sheinbaum. ¿Se podía esperar otra cosa de esa ‘Regeneración Nacional’?

Lo que no hay margen es para la duda; el propio dirigente de Morena dejó claro el porqué de la renuncia: ya lo invitó a Morena para que les ayude con la reforma del Poder Judicial que el Ejecutivo se trae entre manos. Eso, y luego hacerla de consejero jurídico de Presidencia (¿a hacer negocios vía extorsiones tal y como lo hacía Julio Scherer?).

Se va a cimentar las bases para que López Obrador siga actuando en la práctica como presidente de la República. ¿Alguien ya le señaló esto a la candidata? Le quitan a ella (de resultar victoriosa en los comicios presidenciales) el poder de nominar cuando menos a un ministro…

Deja el espacio libre para que sea López Obrador quien palomee el nombre de su nuevo agente. Un ministro por once años (eso suponiendo siga existiendo la Suprema Corte) en lugar de permitir que la próxima presidenta, Claudia o Xóchitl, sea quien proponga ministro.

Total que, de pronto —como un mal truco— ya no importa que este miembro de la 4t sea fifí y se hospede en el Ritz de Nueva York. ¿O será que dirá adiós a ello durante los próximos años? Ajá, sí, claro.

No habían pasado horas de su “renuncia” que ya se había sentado con Sheinbaum, acordando trabajar juntos. Ella no tiene por qué saberlo (su equipo sí), pero Zaldívar está violentando el Estado de Derecho al no esperar que el Senado acepte su inconstitucional dimisión… ¿Trabajará de a gratis los siguientes dos años?

El país está perdido. Al no valer nada su marco legal, la nación misma no vale nada. La epístola del constitucionalista anunciando su renuncia es muestra de ello y da mucho para señalar su desdén por la ley.

Eso sin hablar de la auto promoción que Zaldívar hace de sí mismo como “agente de la transformación”. ¿De verdad? ¿Transformación callar ante el atropello de Yasmín Esquivel? ¿Frente a los arteros ataques del Ejecutivo Federal a la ministra presidenta Norma Piña, cabeza de la rama de Estado de la que él forma parte? ¿O transformación al haber querido continuar de forma ilegal como presidente de la SCJN?

Tal vez se refiera a la “transformación” de él mismo al intercambiar la autonomía del Poder Judicial y su función de pesos y contrapesos en una república (además de su propio decoro), por ser un lacayo de Palacio Nacional.

Con su renuncia, Arturo Zaldívar solo comprueba lo que muchos ya habíamos señalado: lo que hacía en la SCJN era actuar para López Obrador.

Qué infortunado final para una carrera de un ministro presidente de la Suprema Corte. Y no me refiero solo a esta renuncia; también a su actuación a partir de que sacrificó la razón de ser del Poder Judicial.

Decir que sus aportaciones son marginales o que no importa estén viciadas de origen es no tomar en cuenta que uno de los principios de que la SCJN tenga diversos ministros es contar con distintas interpretaciones de la ley. Así se pensó lo que es un magnífico y republicano diseño de la SCJN.

¿Bien vale sacrificar esto a cambio de protección e impunidad?

Lo que sí, entrados en gastos y dado que ya se fue y está entregando a la cabeza del Poder Poder Judicial al autócrata, que de una buena vez se lleve con él a Yasmín Esquivel. A estas alturas ya poco importa que AMLO designe a tres ministros más de la Corte. Conociendo a la Cuarta Transformación, estos trabajarán para López Obrador, no para la Carta Magna.

Arturo Zaldívar no tiene vergüenza. No quiere al país. Ayuda a que México regrese a un Maximato en manos de López Obrador (¿o debo de decir de alguna junta militar?).

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