Trump-Biden-Claudia-Xóchitl

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Jorge Ramos Ávalos EN REFORMA

3 MIN 30 SEG

06 enero 2024

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No suele ocurrir que haya elecciones presidenciales el mismo año en México y Estados Unidos. Pasa solo cada 12 años, cuando coinciden los calendarios electorales en ambos países. Y esa coincidencia es una oportunidad para arreglar las cosas que no han funcionado. En este 2024 las combinaciones de posibles ganadores apuntan a destinos muy distintos.

Es considerado uno de «los hispanos más influyentes de Estados Unidos» y es conductor del Noticiero Univision desde 1986. Ha ganado 9 premios Emmy y el prestigioso Maria Moors Cabot. Ha escrito 11 libros y su columna semanal la distribuye el New York Times Syndicate en todo el hemisferio. Estudió Comunicación en la Universidad Iberoamericana y una maestría en Relaciones Internacionales en la Universidad de Miami. Nació en Cd. de México y vive en Miami.

Las opciones, desde luego, son: Trump-Claudia, Trump-Xóchitl, Biden-Claudia y Biden-Xóchitl. Llama la atención que las candidatas mexicanas sean conocidas por su primer nombre -y más cercanas a los votantes- que los candidatos estadounidenses, identificados por sus apellidos y más distantes de la gente.

En el 2024 mexicanos y estadounidenses escogeremos uno de varios posibles futuros. Para México, por ejemplo, no es lo mismo que gane Trump a que gane Biden. Si Trump regresa a la Casa Blanca podemos esperar las mayores deportaciones masivas de la era moderna.

Si Biden gana las cosas tampoco serán fáciles para México. En un solo día de diciembre entraron más de 12,600 migrantes ilegalmente a la frontera sur de Estados Unidos. Multiplica eso por 365 y verás el tipo de crisis que hay. Y por eso Biden va a pedir -¿exigir?- mucha mayor ayuda de México para limitar la entrada de indocumentados.

El presidente Andrés Manuel López Obrador dobló las manos, primero con Trump y luego con Biden, convirtiendo a México en la policía migratoria de Estados Unidos y en su sala de espera para los solicitantes de asilo político (con el programa «Quédate en México»). El reto para Claudia y Xóchitl es romper ese precedente. México no tiene por qué hacer el trabajo de la patrulla fronteriza estadounidense.

Además de la migración, los nuevos mandatarios de México y Estados Unidos tendrán que enfrentar de una manera distinta el problema de la violencia. No podemos aceptar como normal que haya casi 30 mil asesinatos por año en México. Estados Unidos puede ayudar mucho controlando el flujo de armas que van al sur de la frontera. Pero las dos estrategias que ha intentado México desde el 2006 -la guerra contra el narco y «abrazos, no balazos»- han sido un reverendo fracaso.

Xóchitl y Claudia tienen que calmar los gritos extremistas de los republicanos que piden intervenciones y operaciones militares estadounidenses contra los cárteles mexicanos de las drogas. Y la mejor manera de lograrlo es con una estrategia que libere carreteras y poblaciones, refuerce la presencia y poderío de las policías estatales y locales, y reduzca significativamente los asesinatos y desaparecidos. Ese será el gran reto de su sexenio.

Y ahora lo obvio. La cercanía entre México y Estados Unidos favorece que empresas mexicanas reemplacen productos de China. No, México no será la nueva China. Pero el nearshoring es más que un slogan. Empresas mexicanas puedan perfectamente suministrar partes y productos a Estados Unidos a precios competitivos y más rápido que los chinos. No importa qué Presidente o Presidenta gane en cada país, es más fácil venderle y comprarle al vecino.

Hay que aprovechar las coincidencias en este 2024.

Recuerdo una reunión en Guanajuato en febrero del 2001 entre los presidentes George W. Bush y Vicente Fox. El optimismo entre los dos nuevos mandatarios se desbordaba en el rancho de Fox. Hablaban de «toda la enchilada»; un término acuñado por el canciller Jorge Castañeda para describir un ambicioso acuerdo migratorio entre ambos países. Pero los actos terroristas del 9/11 lo destruyeron todo y comenzó la actual era antiinmigrante en Estados Unidos.

Trump, Biden, Claudia y Xóchitl pueden recuperar el entusiasmo binacional de hace más de dos décadas. Hay muchas cosas que pueden hacer juntos en materia migratoria, de seguridad y a nivel comercial. Estos vecinos distantes -como los describió el periodista Alan Riding- están más cerca que nunca y la idea de un nuevo comienzo siempre es emocionante.

El 2024 abre esa oportunidad. Esto solo ocurre cada 12 años…

Fuente:https://www.reforma.com/trump-biden-claudia-xochitl-2024-01-06/op263322?pc=102

@jorgeramosnews