LINOTIPIA / Peniley Ramírez EN REFORMA
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30 septiembre 2023
OPINIÓN
El 7 y 8 de octubre de 2014, autoridades federales y estatales se reunieron en el 27 batallón de infantería en Iguala. El objetivo -dice el gobierno- era construir la «verdad histórica» sobre qué sucedió a los 43 estudiantes desaparecidos de la normal rural de Ayotzinapa
Las indagatorias de la Covaj lo contradicen. El año pasado obtuve una copia no testada del primer informe. Dice que «la verdad histórica es resultado de una acción concertada del aparato organizado del poder». Menciona a García Harfuch, de la Policía Federal, como un «enlace operativo para desarrollar la investigación».
Más allá de que primero lo negó, luego lo aceptó y seguimos sin saber qué hizo García Harfuch en esas reuniones, me interesa entender qué más dicen los documentos del caso sobre la Policía Federal y su vínculo con los criminales de Guerreros Unidos, mientras García Harfuch dirigía la corporación en Guerrero.
En agosto del año pasado, la Fiscalía del caso Ayotzinapa presentó ante un juez del Estado de México un pliego de consignación, que acusaba a más de cien personas. Omar Gómez Trejo, exfiscal del caso, firma como testigo en el pliego, al que tuve acceso.
Ese documento describe cómo, durante las horas clave de la desaparición de los estudiantes, Guerreros Unidos tuvo ayuda de la Policía Federal. Varios testigos declararon para esa indagatoria que la Policía Federal, cuando García Harfuch era encargado en Guerrero, «daba seguridad» a los criminales.
«Reconozco a esta persona como un comandante que permitía el trasiego de droga», dice uno de los testigos. Otro reconoció a un policía federal más, a quien le pagaban 50 mil pesos a la quincena. Uno más recordó a un policía que tenía un tatuaje de ancla en el brazo derecho y aceptaba dinero del narco.
El día de las desapariciones, varios testigos afirman que la Policía Federal ayudó a dar seguridad. Primero, detuvo al chofer de un autobús en la carretera. Luego, colaboró en una de las grandes interrogantes del caso: el autobús 3278.
La Policía Federal detuvo y registró ese autobús, supuestamente, por órdenes de Guerreros Unidos. Sacaron a los estudiantes que iban a bordo. Luego, el autobús pasó todos los retenes de seguridad hasta llegar a Morelos. Por años, las autoridades han creído que en ese autobús había droga y que pudo ser uno de los detonantes del caso.
Hace dos años otro testigo dijo que, al menos, seis policías federales emplazados en la región de Iguala trabajaban para Guerreros Unidos. El pliego concluye que también estaba al servicio de los criminales «el coordinador estatal en Guerrero de la Policía Federal». Aunque ese es el puesto que tuvo García Harfuch, no se le señala por nombre. Lo que sí se dice es que participó en la «construcción de la verdad histórica».
Ahora, los padres de los normalistas de Ayotzinapa han pedido que se abra una investigación sobre García Harfuch. Mientras tanto, él dice que no tiene ninguna responsabilidad en el caso, y se la pasa de campaña en la ciudad, abrazando gente y tratando de que lo elijan como candidato a jefe de Gobierno.
@penileyramirez