Jorge Suárez-Vélez
22 Jun. 2023
Constatar cómo empieza la carrera hacia la contienda electoral de 2024 confirma que México es un país esencialmente surreal. El partido que pedía piso parejo y que exigió legislar para evitar actos anticipados de campaña lleva un rato solapándolas y, desde el gobierno, violando la misma ley que impulsó cuando era oposición. Es descarado el gasto de millones de pesos pintando bardas y con espectaculares a favor de los precandidatos. Éstos se pagan con recursos que quién sabe de dónde vienen, y sabrá Dios qué esperan a cambio de desembolsarlos. Al sancionar que Morena no está haciendo campaña, el INE nos recuerda que ya no es lo que era. Ante lo que viene, eso debe preocuparnos.
Las implicaciones para la oposición no son menores. Si ésta no empieza un proceso paralelo, corre el riesgo de darle al partido oficial una salida tan adelantada que se vuelva imposible alcanzarlo. ¿Se tiene que violar la ley para poder competir con quien flagrantemente lo hace? ¿Será parejo el INE?
Después de que tantos empezaban a resignarse a perder en 2024 y proponían -en forma equivocada- concentrarse en buscar equilibrio legislativo, surge la candidatura de Xóchitl Gálvez, que le inyecta sorprendente optimismo y entusiasmo al proceso. Escribiré más sobre la candidata. Pero, por ahora, lo que importa es asegurarnos de que la oposición no se dispare en el pie al privilegiar un proceso «inteligente» y «novedoso», sobre preguntarse qué método les garantiza que lleguen los candidatos más competitivos, y no quienes empeñen el alma o tengan los bolsillos más profundos.
En teoría, la alianza opositora está por definir el método para seleccionar candidato. Hay tres medidas que están a tiempo de tomar. La primera es exigirles a quienes se lancen a la contienda presidencial que renuncien a la posibilidad de nominaciones plurinominales en el Legislativo. Hay que evitar que quien realmente está buscando una diputación o senaduría utilice la candidatura presidencial como trampolín para lograrla, complicando innecesariamente el proceso de selección de candidato con demasiados tiradores. La segunda es utilizar encuestas para reducir el número de candidatos, pero sólo después que haya una primera ronda de debates. Eso evita darles ventaja a viejos políticos que, por serlo, tienen reconocimiento de nombre que no se traducirá necesariamente en competitividad electoral. Y hay una tercera muy importante.
Los grupos ciudadanos exigen que, en su fase final, haya un proceso de voto directo que permita involucrar a la ciudadanía. Si los partidos no lo aceptan, amenazan con dejar la alianza y lanzar su propio candidato. Si los partidos aceptan un formato de voto directo, se corre el riesgo de exponerse a que gobernadores, operadores locales, sindicatos, y quizá incluso Morena, salgan a levantar votos para sesgar el resultado. No veo cómo validar una lista de electores sin el INE, y creo que proponer que cada firma que se levante en la primera ronda se traduzca en derecho para emitir un voto fomenta prácticas nocivas que es indispensable evitar. Si no hay de otra, es fundamental que, en paralelo con un voto final en urna, se recurra a encuestas para validar que no hubo «mano negra» en la votación abierta. El o la candidata que venza al final debe lograrlo por ambos métodos.
Sea como sea, quien quiera llegar a la Presidencia desde la oposición tendrá que imponerse al resto con el método que sea. Como en La bamba, para llegar a ser Presidente se necesita una escalera grande y una chiquita. Una para convencer de que se es la mejor opción opositora, y otra para vencer a quien designe Morena para competir. Sea cual sea el resultado final, la llegada de Xóchitl Gálvez a la contienda cambia totalmente la dinámica en la que estábamos, incrementa la posibilidad de que la oposición sí presente un frente unido y entusiasma a quienes hasta hace poco dudaban. Su llegada elevará el nivel de la contienda, en uno y otro bando. El panorama es hoy radicalmente distinto. Está en las manos de la alianza opositora aprovecharlo.
@jorgesuarezv
Fuente:https://www.reforma.com/esta-en-sus-manos-2023-06-22/op251393