En medio de una grave crisis de producción de café que priva a los cubanos de tomarlo, incluso el que les llega por la libreta de racionamiento mezclado con chícharos, autoridades del Ministerio de la Agricultura anunciaron la presentación de los primeros cinco cafés especiales de la Isla.
Esa denominación, que engloba a las infusiones más exquisitas y caras del mundo, serán presentadas durante un congreso internacional que se celebrará en La Habana en octubre próximo, dijo el viernes un experto cubano entrevistado por AFP.
Los cinco cafés especiales fueron evaluados «por catadores extranjeros certificados como Q Graders»; o sea, los más calificados del sector, y recibieron «un puntaje por encima de 85», explicó el director científico del Instituto de Investigaciones Agroforestales de Cuba, Ramón Ramos.
Estos cafés, cosechados en zonas montañosas del oriente y centro del país, serán presentados a los especialistas que participarán en el IV Congreso de Café y Cacao, a desarrollarse del 10 al 14 de octubre, en el marco de una Convención Internacional Agroforestal, añadió Ramos.
Precisó que Cuba tiene algunos cafés certificados, como el Crystal Mountain, que se cosecha en las montañas del Escambray, pero no contaba hasta ahora con alguno con la categoría de especial, lo que consideró «un hito» en la historia de ese cultivo, introducido en la Isla en 1748.
La cata del café evalúa las características organolépticas de cada variedad (aroma, acidez, amargor, cuerpo y sabor) en una escala de 100 puntos. Para ser especial, un café debe superar los 80.
Según Ramos, una tonelada de café comercial oscila actualmente en el mercado «entre 4.000 y 5.000 dólares», pero un kilogramo de un café especial puede llegar a costar «hasta 10.000 dólares».
Es «un producto para mercados bien selectos y con lotes pequeños», anotó.
Explicó que los cafés especiales son cultivados generalmente «en alturas que están por encima de los 1.500 metros sobre el nivel del mar», pero que en Cuba se logran «a unos “400 metros», en lo que inciden «factores geográficos y bondades climáticas que favorecen» su cosecha.
Cuba, que llegó a producir en 1960 más de 60.000 toneladas de café, cosechó el año pasado unas 11.500 toneladas del aromático grano, de las cuales exportó 1.365, según cifras oficiales.
El anuncio se produce después que la escasez de café en Cuba se acentuara a partir de 2021. En diciembre de ese año, mientras la prensa oficial cubana intentaba explicar que el café con chícharos racionado no había llegado a las bodegas por fallos en la importación del grano, el producto nacional Cubita se vendía y se sigue vendiendo en Canadá.
Desde 2020, entre la incapacidad productiva, las trabas y la escasez de divisas, los cubanos padecen de la falta de café, un producto indispensable en la cotidianidad de las familias de la Isla.
Cuba, antiguo referente en la producción cafetera, ha tenido que recibir asesoría de Vietnam, país del cual importa unas 18.000 toneladas de café de baja calidad cada año, mientras el escaso que se produce en la Isla, de mayor calidad, es destinado a las exportaciones.
En octubre de 2020, el director general de la estatal Empresa Cuba Café, Antonio Alemán Blanco, afirmó en una entrevista con el portal oficial Cubadebate que la escasez de café en la Isla se debía a un incremento de la demanda por parte de la población debido a la pandemia del coronavirus.
A inicios de marzo, Naciones Unidas llegó en auxilio de la casi extinta producción de café y cacao en Cuba, y anunció un proyecto con una inversión total de 63,65 millones de dólares, en el que trabajará de la mano con el Ministerio de la Agricultura.
En la Isla el café se vende en las tiendas del Estado a precios altísimos. Un paquete de la marca Cubita cuesta en los mercados en divisas de la Isla unos 14,45USD.
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